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sábado, enero 16, 2016

Contra las hordas de los brujos

     Capitulo uno: El ladrón de cofres.

La noche fría que da paso a ilusiones y fantasías, entre callejones y casuchas tan juntas y entrelazadas que los ciudadanos están unos enzima del otro. Las sombras ocultan a un personaje que se cuela entre las callejuelas sin apiadarse de los moribundos y mendigos que se multiplican con cada esquina que es salvada por nuestro temerario sujeto.

Una noche atrás le fue encargada una misión difícil; tratar de hacer mejor lo que el ya hacia bien. En otras palabra entrar al sitio mejor vigilado de todo el Reino y eso que la ciudad de Panterra no es la mas seguirá ni por mucho.

Las horas pasaban como una tormenta cuando tu estas en medio, en el centro o en el ojo de la misma. hací que él se coloco en el hueco mas oscuro para aguardar una oportunidad que cada minutos el sabia que se le presentaría.

Las sombras traían oleadas de frío, un frío que helaba la sangra. Los guardias se encogían y se arrebujaban por el frío. El frío daba paso a la sueño y los soldados se despistaban, se volvían lentos. Por eso era el tiempo de actual.

Se coló casi frente a unos guardias que sin ver lo se seguían acomodándose más en los rincones para que frío no los engulla. Así que sin quererlo hacían que el trabajo sea más fácil. Dio la vuelta a la fortaleza para encontrar una entrada razonable y poder terminar su cometido, como una equis en un mapa de el tesoro se topo una ventana sin vigilancia visible, dando lugar a una inevitable violación de la cerradura. Entro sin demora y sin mucha precaución, se sentía confiado ¿y como no? siendo el catado como el mejor ladrón de los rincones de la Todender.

La noche era su manto, su protección.
Así que sin preámbulos abrió la ventana y entró, mientras caminaba hacia su destino se fijo las cortinas de sedas que adornaban las paredes de los corredores, los cuadros que sin patrón alguno se mezclaban con la esencia del ambiente. Su objetivo se acercaba hacia el pero en la esquina de pasillo se oían unos pasas que se asían mas fuerte cada minuto, su primer instinto fue volver por donde vino, pero recordó lo sombría que era la noche. Se sumergió entre el cortinaje y una mesilla para entrelazarse con el entorno.

Esta oculto por las sombras mas que la seda pero su visión solo eran borrones en el entorno- sobre eso mi señor e sabido que van a buscar a unos cazadores a Bosque de Fortren - le oyó decir a uno de
ellos. - si el general decidió que entre menos escandalo se haga sera mejor - dijo un segundo con una voz más autoritaria. Mientras se deslizaban las manchas en el corredor se dio cuenta de se alejaban de el, pero no fue hasta que paso un buen rato que se decidió en salir de su escondrijo improvisado. Cuando el valor llego a el se dirijo a hacia la esquina que avían llegados los guardias porque eso tenían que ser para estar por eso alrededores a esas horas de la noche o eso creía el.

Sin deseo de perder mas tiempo se dirijo a hacia la habitación donde dormía el gran señor de la fortaleza, para realizar el robo. Aunque no creía en los rumores creer en algo era mejor que no creer en nada, según esos rumores el gran señor avía salido de viaje para una reunión con un general y que la fortaleza solo tenia los guardias y criados para que le den calor al hogar. Sin dudarlo se fue para el dormitorio, se encontró con exquisitos muebles y una estructuras digna de reyes pero, no se podría decir si fue la emoción o la falta de iluminación pero no se percato del bulto que se formaba en la cama. Se dirijo hacia el cofre que se encontraba del otro lado de el dormitorio cuando sonó el grito de una mujer dando la alarma con un grito histérico - socorro - dijo agarro el cofre y se dirijo hacia la puerta para tratar de escapar, salio de la habitación, se coló por los pasillos y corredores buscado la forma de evitar los guardias que cada ves se multiplicaban mas. Pero sabia que la ventana de donde vino era su única esperanza pero por desgracia se le hacia casi imposible encontrarla. Aunque eso no fue lo las horrible, lo mas horrible fue que se choco contra un grupo de guardias en una esquina, lo único que le paso por la mente antes de que lo golpearán hasta perder el sentido fue 'o rayos'.

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